En mi casa están poniendo ya el Belén y el árbol... Parece que, inevitablemente, la Navidad ya está aquí.
El misterio de la playa de la arena negra:
Había una vez unos niños llamados: Ana Julián, Gabriela y Jaime y un perrito llamado Tim.
Un día sus padres les llevaron a una playa muy rara que tenía la arena negra.
¡Oh! exclamaron al unísono.
¡Esto es muy raro! ¡Habrá que investigar! dijo Julián. Esperemos a la noche. Dijo Gabriela. ¡Guau! exclamó Tim. (Eso quería decir que estaba deacuerdo)
Por la noche, Julián dijo: démonos prisa. ¡Vestiros chicas! ¡Rápido!. Cuatro figuras recorrían la playa denoche, envueltos en una negra oscuridad.
Sin haber encontrado nada, regresaron a la casa.
Por la mañana se despertaron a las 9:00 y sus padres les riñeron por bajar tarde a desayunar.
¡El desayuno se sirve a las ocho! Dijo la madre ¡Y son las nueve! ¡Mañana os quiero aquí a las ocho y el que baje después de las ocho no desayuna! Terminó la madre de los niños, que se había puesto roja como un tomate.
Capítulo 2
Después se fueron a la playa y exploraron las rocas.
¡Eh!¡Mirad chicos! - Dijo Jaime - ¡Un pasadizo secreto! - ¡Que guay! - Dijo Ana - ¡Un momento! Dijo Julián cuando se disponían a entrar - Esperemos a la noche denuevo, pero me pondré el despertador a las 7 y media para que no nos pase lo de hoy.
Los chicos terminaron el día como si no hubiese pasado nada. Se bañaron en la playa y tomaron mucho el sol.
Al atardecer se fueron a pescar y pescaron muchas cosas para la cena.
Hantes de cenar, se fueron a las rocas a coger mariscos y tuvieron una cena exquisita.
Por la noche, los chicos estaban nerviosos y querían irse a la cama, pero su madre les invitó a jugar a las cartas.
Cada uno ganó una vez y quisieron hacer la revancha y ganó Jaime. Después fueron a la cocina a coger provisiones para la noche.
Por la noche fueron a las cuevas.
Capítulo 3
- ¿Llevais todos linterna? - Preguntó Julián.
- ¡Siiii! exclamaron tres voces.
- Pues bien ¡Adentro! dijo Julián
Los niños caminaban por la oscura cueva buscando algo.
La cueva terminaba en un sitio al lado de una fábrica de chocolate y sus residuos iban a parar a la playa.
A la mañana siguiente se lo contaron a sus padres que no creían lo que oían.
Entonces fueron todos a la cueva y se lo enseñaron a sus padres.
Sus padres se preguntaron cómo había llegado el chocolate a la otra punta de la playa, pero luegose enteraron de que había sido el mes de los vientos y que la arena manchada había ido a la otra punta y luego, así toda la playa era negra.
De pronto, los chicos fueron a la playa y chuparon la arena, sabía a chocolate.
Bueno, allí les dejamos comiendo chocolate sin parar.
¡Adiós chicos! ¡No comais demasiado que os va a dar un atracón!
Sólo Tim nos escucha y nos dice adiós ¡Guau!
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