domingo, 31 de enero de 2010

miércoles, 27 de enero de 2010

VERANO



Me apetece tumbarme al sol
y ver atardecer
en tu cara.
Quiero.

Pero no hay sol todavía

Ya
no quiero
la nieve que no cae. 
Me apetecen días largos, vestidos y playa.
¿Y el fin de este invierno eterno?
Parece que nunca acaba,
ya no me gusta.
Hace frío.

Los abrazos me dan calor

Hoy
por la calle
me apetecen abrazos
y, como no tengo, busco al sol.

sábado, 23 de enero de 2010

miércoles, 20 de enero de 2010

53 ETERNIDADES

martes, 12 de enero de 2010

NOCHES

Me encantaría
saber congelar momentos
no sólo en mi memoria,
porque mi cuerpo se ha vuelto loco y,
cada vez que me meto en la cama,
siente caricias que no existen.

sábado, 9 de enero de 2010

PUES ESO...




Pequeña reflexión gráfica de Aude Picault...

lunes, 4 de enero de 2010

PEQUEÑA PARTE DE MIS DESEOS DE AÑO NUEVO

Lo que yo quiero no tiene nombre.
Es simple, sin limitaciones,
Lo que yo quiero son besos.
Abrazos, caricias, noches eternas.
Amaneceres suaves con sabor a despedida.

Lo que yo quiero son recuerdos.
Momentos e instantes, segundos.
Castañas, cine, Plaza Mayor.
Aunque a veces no lo diga,
(ni lo reconozca), podría quererlo.

Lo que yo quiero es sencillo.
Vivir día a día, no perder ni un segundo.
Besarte cada día como si fuera el último,
sabiendo que aunque uno de estos lo será,
no voy a preocuparme hoy.

Lo que yo quiero es magia.
Robarle momentos al tiempo.
Escapar de esta ciudad,
ir a sitios donde ya he estado
teniendo una mirada totalmente nueva.

Lo que yo quiero es una aventura.
Es dejarlo todo sin mirar atrás
Huir a una isla desierta
sin nada de equipaje,
sólo con lo que tengo que llevar.

Lo que yo quiero es arte
Es reírme contigo, quererte,
No tener que decir nada.
Poder hablar bajo las sábanas
y escribir poesía en tu piel.

Lo que yo quiero es estar segura.
Que no te asustes con lo que te digo,
y no dejar que me asustes tú,
Y aún así poder decir todo
lo que pienso sin miedo.

No quiero ni rutina ni clichés,
quiero sorpresas e ilusiones,
no quiero algo que se haya escrito antes,
quiero algo único.
No quiero humo, acepto besos y caricias,
noches increíbles a tu lado.
No quiero poder predecir nada,
vivir hoy sin pensar en mañana.
No quiero hacer cosas porque tenga que,
sino porque quiero y me apetece
porque me gusta.
No quiero las cosas fáciles,
lo que realmente merece la pena son los retos.
No quiero arrepentirme de nada.
De nada de lo que he hecho
y mucho menos de lo que dejé por hacer.
Quiero bailar hasta el amanecer
y tener que quitarme los zapatos.
No quiero un cuento de princesas y dragones
quiero un cuaderno en blanco
donde poder escribir lo que me de la gana.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Un poco de variación

Hoy voy a colgar este breve y muy inquietante relato, escrito por mi hermano, y voy a robarle un poquito de su imaginación porque me pareció cuando lo lei que era digno de mi historia...(o de cómo voy a acabar)

Blancanieves y los siete psicópatas:

No hace mucho tiempo, vivía Blancanieves con su madre putativa en un chalet de Alcorcón. Blancanieves era guapa, lista y con aspiraciones de futuro; su madrastra, en cambio, era fea, tonta y sin aspiraciones. Un día cualquiera, Blanca (que así la llamaban porque Blancanieves suena un poco estúpido) decidió hacerse psicóloga y cuidar locos en el manicomio de San Millán del Cogollo. Su madre, Francisca, dijo: "Estoy harta de que esa payasa tenga más "listeza" que yo". Y con su dinero para la jubilación contrató a un sicario para que arreglara cuentas con ella. El sicario, al verla tan guapa, decidió no matarla pero sí robarle la cartera. Blanca, desesperada, fue a un bar y pidió diez Bloody Mary's con un dinero que siempre guardaba en el escote. Borracha como una cuba salió del bar y caminó sin rumbo. Por la mañana se encontraba cerca de un almacén abandonado.
Al entrar vió que había signos de vida inteligente,pero eso era una asquerosa cochiquera. De la penumbra empezaron a emerger personas. ¡Pero no personas corrientes, sino locos o disminuidos psíquicos!. Había uno que no quería hablar, otro con trastorno de la personalidad múltiple, otro que robaba morfina y se sedaba, y otros cuatro más. Blanca decidió establecerse allí como psicóloga para esa gente. Arregló el almacén y compró cosas en Ikea para que la estancia fuera más agradable, aunque para conseguir el dinero y llevar a cabo eso, tuvo que hacer negocios poco honrosos, como vender periódicos o vender su propio cuerpo. Cuando hizo del almacén un lugar habitable, decidió internar a los siete locos en el manicomio de San Millán del Cogollo, y hacer una consulta en el almacén. Su fama fue tal que se enteró su madrastra y decidió que esta vez iba a matarla ella misma con veneno, pero como loa mujer era tonta de remate, cogió Dalsy en vez de cianuro, y a Blanca sólo le dió diarrea.
Blanca denunció a la madrastra por intento de homicidio y, el día en el que iban a meter a la madre en chirona, le dió una neurisma y murió en el calabozo.
Años después, los siete locos escaparon del manicomio y, en venganza por haberles encerrado, torturaron a Blanca hasta matarla y luego se mataron entre ellos. Así que, como había tantos muertos, los policías, en vez de realizar nueve autópsias, tiraron los cadáveres al río.

Moraleja: no le des la puñalada trapera a siete locos.

jueves, 24 de diciembre de 2009

IF

If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you,
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;
If you can wait and not be tired by waiting,
Or being lied about, don't deal in lies,
Or being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise.

If you can dream-and not make dreams your master;
If you can think-and not make thoughts your aim;
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two imposters just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build 'em up with worn-out tools.

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold on!"

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with Kings-nor lose the common touch,
If neither foes nor loving friends can hurt you,
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run,

Yours is the Earth and everything that's in it,
And-which is more-you'll be a Man, my son

- Rudyard Kipling

viernes, 18 de diciembre de 2009

BANG BANG