lunes, 28 de diciembre de 2009

Un poco de variación

Hoy voy a colgar este breve y muy inquietante relato, escrito por mi hermano, y voy a robarle un poquito de su imaginación porque me pareció cuando lo lei que era digno de mi historia...(o de cómo voy a acabar)

Blancanieves y los siete psicópatas:

No hace mucho tiempo, vivía Blancanieves con su madre putativa en un chalet de Alcorcón. Blancanieves era guapa, lista y con aspiraciones de futuro; su madrastra, en cambio, era fea, tonta y sin aspiraciones. Un día cualquiera, Blanca (que así la llamaban porque Blancanieves suena un poco estúpido) decidió hacerse psicóloga y cuidar locos en el manicomio de San Millán del Cogollo. Su madre, Francisca, dijo: "Estoy harta de que esa payasa tenga más "listeza" que yo". Y con su dinero para la jubilación contrató a un sicario para que arreglara cuentas con ella. El sicario, al verla tan guapa, decidió no matarla pero sí robarle la cartera. Blanca, desesperada, fue a un bar y pidió diez Bloody Mary's con un dinero que siempre guardaba en el escote. Borracha como una cuba salió del bar y caminó sin rumbo. Por la mañana se encontraba cerca de un almacén abandonado.
Al entrar vió que había signos de vida inteligente,pero eso era una asquerosa cochiquera. De la penumbra empezaron a emerger personas. ¡Pero no personas corrientes, sino locos o disminuidos psíquicos!. Había uno que no quería hablar, otro con trastorno de la personalidad múltiple, otro que robaba morfina y se sedaba, y otros cuatro más. Blanca decidió establecerse allí como psicóloga para esa gente. Arregló el almacén y compró cosas en Ikea para que la estancia fuera más agradable, aunque para conseguir el dinero y llevar a cabo eso, tuvo que hacer negocios poco honrosos, como vender periódicos o vender su propio cuerpo. Cuando hizo del almacén un lugar habitable, decidió internar a los siete locos en el manicomio de San Millán del Cogollo, y hacer una consulta en el almacén. Su fama fue tal que se enteró su madrastra y decidió que esta vez iba a matarla ella misma con veneno, pero como loa mujer era tonta de remate, cogió Dalsy en vez de cianuro, y a Blanca sólo le dió diarrea.
Blanca denunció a la madrastra por intento de homicidio y, el día en el que iban a meter a la madre en chirona, le dió una neurisma y murió en el calabozo.
Años después, los siete locos escaparon del manicomio y, en venganza por haberles encerrado, torturaron a Blanca hasta matarla y luego se mataron entre ellos. Así que, como había tantos muertos, los policías, en vez de realizar nueve autópsias, tiraron los cadáveres al río.

Moraleja: no le des la puñalada trapera a siete locos.

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